Desde una edad muy temprana experimenté una gran pasión por la naturaleza debido probablemente a que resido en Asturias, mi lugar natal, uno de lo lugares mas bellos que he conocido, en donde el verde siempre ha sido la seña de identidad de este hermoso rincón norteño.
La práctica de la fotografía ha estado vinculada en mi familia de manera permanente por lo que siempre he tenido esa curiosidad por profundizar en ella, de adentrarme mas allá de captar los buenos momentos familiares o de inmortalizar esos recuerdos que ya nunca volverán a repetirse.
Desde la entrada en la era digital y con mi primera cámara en esa tecnología, experimenté un cambio sustancial en lo que para mi era la fotografía.
Me empecé a interesar por la manejabilidad de la cámara en los modos manuales, siempre con la constante ayuda de mi entorno familiar los cuales agradezco mi aprendizaje y evolución.
Empecé a practicar la fotografía de naturaleza e intentar capturar todos esos detalles que tanto me fascinaba observar.
La primera disciplina que practiqué y dediqué gran parte de mi tiempo, fue la fotografía de paisaje en costa, donde las playas bañadas por el mar cantábrico eran mi lugar habitual para satisfacer esa necesidad por capturar “lo bello o lo sublime” de un paisaje.
Un día llegó a mis manos un objetivo macro, que despertó en mí una pasión por ese pequeño mundo diminuto que tenemos bajo nuestros pies, me hizo ponerme a su altura y desde mi punto de vista hacer ver lo que resulta invisible para los demás.
Desde entonces la fotografía macro es mas que un simple hobby, es la manera de plasmar el mundo tal y como lo veo, de expandir mi mente y de formar parte de ese algo que solo una imagen es capaz de mostrar.